Historia > Hijos Ilustres 
        Esta 
          sección está dedicada a los vecinos de el Campo que llegaron 
          a alcanzar más renombre. 
          Entre ellos encontramos a: 
        
          - D. Tristán 
            de Riero González, hijo de Juan de Riero 
            y Beatriz González, naturales de Camposolillo; 
            nieto de Tristán de Riero, natural del lugar de Riero y vecino 
            de Camposolillo, y Mencía Fernández, 
            natural de Camposolillo. Hacia el 1590 
            era aspirante a capellán en la Catedral de León.
 
             
             
          -  En el año 
            de 1769 aparece don 
            Manuel González de Reyero, caballero del hábito 
            de Santiago y "canónigo del real convento de San Marcos, 
            intramuros de la ciudad de León, y prior que al presente soy 
            del lugar de Pedrayta de Castro", y Domingo Alvarez Alonso, vecino 
            del lugar de Lois, del Concejo de Aleón, y dice "que cuanto 
            doña Manuela González de Reyero, difunta y mujer que 
            fué del dicho Domingo y hermana de don Manuel, en atención 
            a que la dicha no dejó herederos forzosos y antes de su fallecimiento 
            comunicó con nosotros su voluntad en razón de la disposición 
            de los bienes raíces que le pertenecían en el lugar 
            de Camposolillo, Jurisdicción de Redipollos del Puerto, dejándonos 
            mandado que hiciésemos su disposición en la forma que 
            nos tenía comunicado, como consta del testamento, bajo cuya 
            disposición falleció, que para en poder de Juan Manuel 
            Alonso de Reyero, vecino y escribano de la Villa de Maraña, 
            a que nos remitimos, en cuya vista, y cumpliendo con la voluntad de 
            lo que ellas nos tenía comunicado, y para descargo de nuestras 
            conciencias; y atendiendo a las muchas quiebras que experimentan y 
            han experimentado a grandes haciendas libres sin gravarlas ni vincularlas, 
            ocasionadas de dividirse cada día entre herederos, viniendo 
            a quedar tan pobres los que las gozan, que no pueden sustentar las 
            obligaciones de su calidad, y les suele obligar a vivir donde no son 
            conocidos, o a tener granjerías y tratos impropios de los nobles 
            y acaban de perder todo en poco tiempo, lo que es causa de desestimación 
            y de que con brevedad se oscurezca la notoriedad de las casas y linajes. 
            Y por el contrario, quedando las haciendas en un solo poseedor, prohibida 
            su enajenación, permanecen y duran, y de pequeñas dotaciones 
            se vienen a hacer estados, y de costumbre loable, inmemorial y con 
            buena conciencia, por derecho divino y humano, natural y positivo, 
            siempre se ha hecho y acostumbró así, y de ello ha sido 
            Nuestro Señor servido y su Santa Iglesia Católica aumentada; 
            y teniendo con ella lo que les basta, se vive con grandeza, se perpetúa 
            la memoria de su sangre y casa, y de los deudos son socorridos".
 
            Procurando este fin tratamos de instituir un mayorazgo, usando de 
            las facultades que para ello nos dan las leyes del Reino. Así, 
            pues, juntan la herencia de don Manuel y la de su hermana doña 
            Manuela González de Reyero, cuyos bienes son: 
            "una casa nueva, cubierta de teja, con sus antojanos de corrales 
            y huerto", más un molino y varios prados y tierras bastantes, 
            en los lugares de Camposolillo y Sancibirán. Y con todo ello 
            instituyen un mayorazgo en Camposolillo para su sobrino Manuel Antonio 
            González de Reyero, hijo legítimo de Juan Manuel Alonso 
            de Reyero y de su mujer Josefa González de Reyero, que son 
            vecinos de Maraña. 
            A esta herencia le imponen la condición de que no se ha de 
            dividir, ni vender, ni cambiar, sino que ha de continuar íntegra 
            para perpetuar la casa de los Reyeros en Camposolillo. 
             
             
          - D. Honorino 
            Martínez Alonso nació en Camposolillo el 17 
            de noviembre de 1879, 
            hijo del teniente veterinario don Isidro Martínez Vega 
            y Carmen Alonso del Barrio. Su hoja de servicios 
            es como sigue: en 
            1897 es segundo teniente, y primero el 1899; 
            capitán el 1906, 
            y estuvo en la campaña de Melilla del  
            1909 al 1911, 
            y después de oficial en León; le hicieron comandante 
            el 1918 y oficial mayor 
            de reclutamiento de Orense. El  1921 
            vuelve otra vez a Africa, en Tetuán y Ceuta, hasta el 1922, 
            en que vuelve a León. El 1925 
            es delegado gubernativo de Pravia y Belmonte, y el 27 de Oviedo. El 
             1936 desempeñó 
            la Comandancia Militar de Santander. Murió en 1955. 
            Estaba en posesión de mucha cruces, entre las cuales descuella 
            la del Mérito Militar con distintivo rojo por sus méritos 
            en Africa, la Cruz de San Hermenegildo y la Placa de la Orden de Santiago. 
            Fué también ingeniero electricista. Tuvo un hermano, 
            Isidro Martínez Alonso, capitán de 
            Artillería, que murió al estallar un cañón 
            en unas maniobras en  Ferrol.
 
             
             
          - El Padre Anibal 
            Fernández, S.J., que nació en 1845, 
            ingresó en la Compañía el año 1873 
            y estuvo en Comillas.
 
         
          
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